La Habana es una
ciudad bella y con lugares muy interesantes para visitar, por eso desde Casa Castellón, mi casa particular en La Habana, dedicada al
hospedaje para recibir viajeros que deciden pasar unos días en Cuba, te quiero
recomendar que te llegues hasta El Cristo, para disfrutar de un excelente paseo
y una excelente vista de la capital cubana.
Aunque
ocupa el puesto nº 162 de 319 atracciones
en Cuba, no deja de ser interesante ir hasta su base para contemplarle en
toda su dimensión y belleza.
El Cristo de La Habana es la escultura más
grande del mundo esculpida en mármol blanco de Carrara por una mujer. Su
escultora Jilma Madera nació en Pinar del Río, también se le conoce por la
creación del busto de José Martí que está en el Pico Turquino.
Dominando la ribera este de la bahía, El
Cristo de La Habana, desde su altura de
80 metros sobre el nivel del mar, esta estatua de 15 metros y su entorno
resultan un agradable lugar desde el cual se tiene una espléndida vista sobre
la bahía y la ciudad.
Se llega aquí en auto siguiendo la carretera
de la Fortaleza de La Cabaña y por mar tomando el ferry ("lanchita de
Casablanca", como la llaman los habaneros) de Casablanca en el Muelle de
Luz, en la Avenida del Puerto. Un paseo por el pueblo de Casablanca y las
inmediaciones del Instituto de Meteorología son también una opción válida que
puede terminar en la noche en la ceremonia del Cañonazo de las Nueve en La
Cabaña.
La escultura se
encuentra a 51 metros sobre el nivel del mar, lo que permite a los habaneros
ver la escultura desde muchos puntos de la ciudad; la figura de Cristo está de
pie con una mano en alto, bendiciendo, y la otra en el pecho mirando hacia la
ciudad, a esta obra se le dejaron los ojos vacíos para que diera la impresión
de mirar a todos desde cualquier lugar que fuese observado. Desde el
emplazamiento del Cristo de la Habana se aprecia una vista de toda la ciudad de La Habana.
Te regalo dos opiniones sobre El Cristo que tomé de Tripadvisor, que aunque esas
dos viajeros no se hayan hospedado en Casa Castellón, resultan interesantes sus comentarios por los datos e información
que facilitan para visitar este hermoso sitio de la geografía de La Habana
La mejor forma de
ir hacia el lugar es tomar el bote (barco) que cruza la bahía desde cerca de la
plaza de San Francisco; además que cuesta un mínimo importe en moneda nacional
y permite mirar la transportación local de una nueva perspectiva. Una vez al
otro lado, una escalinata te lleva en menos de 15 minutos hasta la cumbre, pero
con el calor típico de La Habana pueden parecer 30. La escultura está ubicada
cerca del resto de atracciones de orden militar que se unen a la fortaleza de
La Cabaña y el Morro, pero, por sí propia, creo que vale más como paseo que
como destino. Jorge F
Un ambiente en
extremo colonial envuelve la escultura, pues se encuentra ubicada a un costado
de la Fortaleza de San Carlos de La Cabaña, y la rodean, a un lado y otro de la
bahía, el Castillo de los Tres Reyes del Morro, el de La Punta y el de la Real
Fuerza, baluartes que durante siglos defendieron a la ciudad, convertidos hoy
en museos y plazas culturales.
También, a sus pies, se encuentra el poblado de Casablanca, perteneciente al municipio Regla, tendido sobre un declive, pintoresco, cotidiano, antiguo. El paso por él es obligatorio si se accede al complejo donde se encuentra la escultura atravesando la bahía desde la Habana Vieja. En ese caso, se recomienda al visitante realizar un alto en el recorrido y dejarse atrapar por el magnetismo de este caserío humilde que parece emergido de las aguas.
Para realizar esta travesía puede emplearse el medio que desde hace muchos años utilizan tradicionalmente todos los habaneros: la lanchita de Regla, arraigado ya como un símbolo representativo de la ciudad.
O bien puede hacerlo cruzando el túnel de La Habana, que comunica ambos extremos de la bahía, e incorporándose a la Vía Blanca. La misma que conduce a las playas del litoral este, a unos 20 kilómetros de la ciudad.
Sin discusión, desde el mirador ubicado a los pies de la majestuosa escultura del Cristo redentor, se puede disfrutar de una de las vistas más privilegiadas de La Habana. En los alrededores se extiende una red de establecimientos gastronómicos y recreativos que contribuyen a complementar una placentera estancia.
Recientemente terminó el proceso de restauración de la monumental estatua y del complejo arquitectónico donde se encuentra, a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Esta acción mereció el Premio Nacional de Restauración de 2013, otorgado por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
Así, el Jesús de Nazaret de la isla caribeña puede ser apreciado actualmente en uno de sus mejores momentos de conservación. Contemplarlo desde cerca proporciona dos gratificaciones nada despreciables: el encanto que este gigante de mármol de exquisita figura posee y la inigualable sensación de tener La Habana a los pies.
Es un lugar donde todos debemos ir. magalyishii
También, a sus pies, se encuentra el poblado de Casablanca, perteneciente al municipio Regla, tendido sobre un declive, pintoresco, cotidiano, antiguo. El paso por él es obligatorio si se accede al complejo donde se encuentra la escultura atravesando la bahía desde la Habana Vieja. En ese caso, se recomienda al visitante realizar un alto en el recorrido y dejarse atrapar por el magnetismo de este caserío humilde que parece emergido de las aguas.
Para realizar esta travesía puede emplearse el medio que desde hace muchos años utilizan tradicionalmente todos los habaneros: la lanchita de Regla, arraigado ya como un símbolo representativo de la ciudad.
O bien puede hacerlo cruzando el túnel de La Habana, que comunica ambos extremos de la bahía, e incorporándose a la Vía Blanca. La misma que conduce a las playas del litoral este, a unos 20 kilómetros de la ciudad.
Sin discusión, desde el mirador ubicado a los pies de la majestuosa escultura del Cristo redentor, se puede disfrutar de una de las vistas más privilegiadas de La Habana. En los alrededores se extiende una red de establecimientos gastronómicos y recreativos que contribuyen a complementar una placentera estancia.
Recientemente terminó el proceso de restauración de la monumental estatua y del complejo arquitectónico donde se encuentra, a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Esta acción mereció el Premio Nacional de Restauración de 2013, otorgado por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
Así, el Jesús de Nazaret de la isla caribeña puede ser apreciado actualmente en uno de sus mejores momentos de conservación. Contemplarlo desde cerca proporciona dos gratificaciones nada despreciables: el encanto que este gigante de mármol de exquisita figura posee y la inigualable sensación de tener La Habana a los pies.
Es un lugar donde todos debemos ir. magalyishii
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