Bailaron salsa por 15 minutos y aunque no se rompió el
récord Guiness en cantidad de participantes, esta ha sido la rueda de casino
más grande realizada en Cuba.
Hablando claro, fue una “gozadera”, la gente lo disfrutó y
el Malecón habanero fue testigo una vez de un acontecimiento histórico.
A los cubanos les gusta todo lo que tenga que ver con música
y baile, eso se sabe, que en esta isla lo que no puede faltar es la diversión y
la alegría. El baile de casino ha sido tradicionalmente algo que logra unir a
la gente en Cuba, en cualquier época, sin que importe edad u origen de los
bailadores.
Este miércoles 25 de noviembre Cuba intentó romper el récord
Guiness con la rueda de casino más grande del mundo. Hasta el momento Grecia
cuenta con la mejor marca: más de mil cien personas bailando.
Desafortunadamente el proyecto de La Habana no pasó de 964
bailadores, pero sí superamos por mucho el tiempo en escena.
14:58 minutos transcurrieron sin que estos competidores
entusiastas cesaran de moverse al compás de la salsa cubana. Aunque el
resultado oficial se hará público en los próximos días, creo que los cubanos ya
podemos colgarnos el título del Guiness en la Rueda de Casino Gigante que más
ha durado en el mundo.
Y si de motivación se tratara yo diría que podríamos romper
los cronómetros una y otra vez, ya que todos los que allí bailaron lo hacían
por pura diversión, como si estuvieran en una fiesta en el barrio o en la sala
de su casa y entre amigos. Creo que ninguno de ellos pensó en mirar el reloj
sino en seguir moviendo los pies y lucirse con los últimos pasillos que
aprendieron. De hecho, comenzó a lloviznar durante el show y aun así nadie se
detuvo.
Cuatro temas de las mejores orquestas cubanas de salsa
sonaron en el Malecón: “Bailar en Cuba” (de Manolito Simonet y su Trabuco), “Somos
diferentes” (de Juan Formell y Los Van Van), “Me dicen Cuba” (de Alexander
Abreu y Habana D´ Primera) y “Somos Latinos” (de Adalberto Álvarez y su Son).
La mayoría de los concursantes eran cubanos, y compartieron
la rueda con unos 400 bailadores extranjeros de 17 países, como México,
Venezuela, Martinica, Gran Bretaña… Entre los aspirantes se encontraba siempre
un “mayordomo”, una suerte de supervisor pendiente de la calidad de la
coreografía.
Entre tanta gente, por supuesto que había una gran
diversidad de estilos y maneras de marcar los pasos o dar las vueltas, pero
esto no hizo mella en la uniformidad del baile. Aún así hay que reconocer que
solo una semana de entrenamiento nunca sería suficiente para una iniciativa de
tal envergadura, puesto que muchos de los participantes no eran bailarines
profesionales; de hecho, unos cuantos (especialmente extranjeros) no tenían la
técnica ideal.
En esta rueda gigante había de todo, desde participantes muy
jovencitos y apasionados con pasos audaces hasta ancianos de 60 y 70 años que
danzaban más pasivamente. Algunos son visitantes foráneos que llevan años viniendo
a la Isla en esta época en que se desarrolla el evento de Cuba Baila, el cual
cuenta ya con 10 ediciones.
“Me encanta Cuba y me gusta mucho bailar. Yo quiero conocer
mejor el ritmo y la forma de bailar de los cubanos. En China gusta mucho el
baile, la salsa, la bachata, el cha cha cha, el merengue…”, nos dice Thi Wang
Fei, un chino de 26 años que es profesor de baile en su país y vino a La Habana
con la emoción de ser parte de un momento especial.
Tanto Thi Wang, como los cientos de personas que consagraron
estos días al baile de casino, tienen hoy algo más que contar, algo más que
guardar en su memoria. “Yo tengo un récord Guiness”, dirán muchos, “… y lo gané
bailando en La Habana mientras el mar batía fuertemente el muro del Malecón…”
Quienes estábamos del lado de acá del escenario, entre
cámaras de televisión y fotógrafos, también reservaremos esta como una tarde
memorable que, de hecho, debería repetirse. Estoy segura de que, con un poquito
más de promoción y la adecuada convocatoria, se romperá ampliamente el récord
en cantidad de participantes.
Si mil 200 era la propuesta para superar a los griegos, yo
digo que nosotros tenemos para mucho más que eso. Vayamos a algunos institutos
preuniversitarios y a dos o tres barrios de la ciudad (además de la gente que
se querrá sumar desde otras provincias) y no será nada difícil que los
competidores se inscriban en masa.
Recuerden que los cubanos de lo que no podemos prescindir
nunca es de la alegría, y el baile de casino ha sido y será siempre un motivo
de felicidad para nosotros.
Fotos: AP
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