Viajar es algo que nos gusta a casi todas las personas, sobre todo cuando se hace por placer. Esto se debe a que muchas veces asociamos los viajes a nuestra época de vacaciones y desconexión con la rutina laboral o estudiantil, y el cambio de ambiente y de escenario nos ayuda mucho. Pero viajar no solo nos aporta diversión, sino que pueden darnos muchas más cosas.
Los viajeros más veteranos lo saben y tú, cuanto más viajes, más lo irás descubriendo. Te vamos a contar aquí cuáles son esos motivos para viajar que van a contribuir en muchos más aspectos de tu vida de los que te imaginas ahora.
Viajar te abre la mente
Uno de esos motivos para viajar que mucha gente señala normalmente y que aún más gente suele subestimar es que viajar te ayuda a conformar un concepto más abierto de todo lo que te rodea.
No pienses que el mundo se ciñe a lo que tienes cerca de ti ni que en otras partes del mundo se vive y se piensa igual que donde tú lo haces.
Cuanto más viajes, más te darás cuenta de esto, sobre todo si vas a lugares lejanos cuya historia haya estado alejada de los conceptos occidentales.
Viajar te ayuda a conocerte a ti mismo
Esto a lo mejor te suena a que, si viajas solo, podrás ver hasta dónde llegan tus límites y capacidades para sacarte las castañas del fuego en situaciones difíciles. Pero, realmente, no van por ahí los tiros, sino que es más consecuencia del primer motivo.
Una vez que vayas conformando tu concepción del mundo alrededor de ti de un modo más completo y maduro, también sabrás identificar cuál es tu sitio, tu sentido e, incluso, tu vocación.
Viajar te abre un sinfín de oportunidades
Si estás encerrado en tu cascarón, ya sabes lo que hay. Son pocas las sorpresas a las que te vas a enfrentar. Pero viajar es otra cosa, porque estás abriendo las puertas a un mundo lleno de posibilidades.
Éste es, sin duda, uno de los motivos para viajar más poderosos, porque, si eres de esas personas a las que les gusta explorar todo lo que está ahí pendiente de ser descubierto, las opciones que se te abrirán serán infinitas. Y hablamos de todo tipo de posibilidades, desde personales a laborales.
Viajar te ayuda a conocer gente
Tanto si vas en compañía como si vas en solitario, de un viaje siempre acabas trayendo recuerdos de alguna persona. Es más, no es nada extraño que te traigas alguna buena amistad.
Los viajes son uno de los modos más bonitos de conocer nuevas personas con las que, antes de empezar a hablar, ya sabes que hay algo que tenéis en común.
Así que, ya sean esos pequeños (o grandes) recuerdos de gente local, o unas amistades que tienen visos de fortalecerse con el tiempo, éste es otro de los motivos para viajar que todo el mundo agradece.
Viajar te enriquece intelectualmente
Más allá de lo que te consiga abrir la mente y ser más receptivo a cosas nuevas y distintas, viajar también te va a aportar unos conocimientos culturales, aunque no lo pretendas.
Sea cual sea tu destino –más aún si son viajes explorativos–, aprenderás algo de la historia del sitio que visitas.
Por supuesto, si estás interesado en entender y empaparte bien de aquello que vas a conocer, ese aprendizaje lo harás por ti mismo y de un modo previo, pero, incluso si no lo haces, algo se te acabará quedando.
Viajar te ayuda a desconectar y reconectar
Sea como sea tu próximo viaje, incluso si es una escapada de trabajo (aunque aquí no aventuramos tanto), lo que es seguro es que te va a suponer un cambio de rutina y una desconexión de tus hábitos cotidianos.
Tanto si quieres irte a una playa paradisiaca para recibir grandes dosis de vitamina D, como si estás buscando un destino en el que quemar las suelas de tu calzado, estarás saliendo de la vida monótona que llevas habitualmente.
Y, por supuesto, al volver, estarás con las pilas completamente cargadas, para dar lo mejor de ti mismo y seguir peleando hasta que te toque la siguiente escapada.
Viajar te hará apreciar lo que tienes
No decimos que no lo hagas ya, porque no queremos que pienses que te estamos llamando insensato, pero estamos seguros de que, vayas donde vayas, acabarás recibiendo una percepción de que muchas de las cosas que das por hechas, aunque insignificantes, tendrán aún más valor para ti.
Y con esto tampoco queremos decir que las de los demás sean mejores ni peores, sino que te harán reflexionar sobre todo lo buenas que son las tuyas.
Los motivos para viajar te dan unos efectos positivos a largo plazo
Si todos estos motivos para viajar te han gustado, aún queda lo mejor. Y es que, a diferencia de muchas otras cosas, los beneficios que te aporta viajar y recorrer el mundo no se desvanecen cuando vuelves a casa, sino todo lo contrario.
Estas cosas que vas metiendo en tu mochila (metafóricamente hablando en este caso) te van a acompañar en el resto de tu viaje vital y formarán parte de tu carácter de aquí en adelante.
Además, viajar es adictivo, pero se puede decir que es una de las pocas adicciones positivas a las que nos podemos enganchar.
Todo lo que vayas aprendiendo desde tu primer viaje irá contigo a los siguientes, haciéndote disfrutar aún más de cada una de tus nuevas aventuras.
Y para ti, ¿qué cosas buenas le ves a viajar? ¿Cuáles son esas cosas que te aporta coger la mochila y empezar a caminar?
Uno de esos motivos para viajar que mucha gente señala normalmente y que aún más gente suele subestimar es que viajar te ayuda a conformar un concepto más abierto de todo lo que te rodea.
No pienses que el mundo se ciñe a lo que tienes cerca de ti ni que en otras partes del mundo se vive y se piensa igual que donde tú lo haces.
Cuanto más viajes, más te darás cuenta de esto, sobre todo si vas a lugares lejanos cuya historia haya estado alejada de los conceptos occidentales.
Viajar te ayuda a conocerte a ti mismo
Esto a lo mejor te suena a que, si viajas solo, podrás ver hasta dónde llegan tus límites y capacidades para sacarte las castañas del fuego en situaciones difíciles. Pero, realmente, no van por ahí los tiros, sino que es más consecuencia del primer motivo.
Una vez que vayas conformando tu concepción del mundo alrededor de ti de un modo más completo y maduro, también sabrás identificar cuál es tu sitio, tu sentido e, incluso, tu vocación.
Viajar te abre un sinfín de oportunidades
Si estás encerrado en tu cascarón, ya sabes lo que hay. Son pocas las sorpresas a las que te vas a enfrentar. Pero viajar es otra cosa, porque estás abriendo las puertas a un mundo lleno de posibilidades.
Éste es, sin duda, uno de los motivos para viajar más poderosos, porque, si eres de esas personas a las que les gusta explorar todo lo que está ahí pendiente de ser descubierto, las opciones que se te abrirán serán infinitas. Y hablamos de todo tipo de posibilidades, desde personales a laborales.
Viajar te ayuda a conocer gente
Tanto si vas en compañía como si vas en solitario, de un viaje siempre acabas trayendo recuerdos de alguna persona. Es más, no es nada extraño que te traigas alguna buena amistad.
Los viajes son uno de los modos más bonitos de conocer nuevas personas con las que, antes de empezar a hablar, ya sabes que hay algo que tenéis en común.
Así que, ya sean esos pequeños (o grandes) recuerdos de gente local, o unas amistades que tienen visos de fortalecerse con el tiempo, éste es otro de los motivos para viajar que todo el mundo agradece.
Viajar te enriquece intelectualmente
Más allá de lo que te consiga abrir la mente y ser más receptivo a cosas nuevas y distintas, viajar también te va a aportar unos conocimientos culturales, aunque no lo pretendas.
Sea cual sea tu destino –más aún si son viajes explorativos–, aprenderás algo de la historia del sitio que visitas.
Por supuesto, si estás interesado en entender y empaparte bien de aquello que vas a conocer, ese aprendizaje lo harás por ti mismo y de un modo previo, pero, incluso si no lo haces, algo se te acabará quedando.
Viajar te ayuda a desconectar y reconectar
Sea como sea tu próximo viaje, incluso si es una escapada de trabajo (aunque aquí no aventuramos tanto), lo que es seguro es que te va a suponer un cambio de rutina y una desconexión de tus hábitos cotidianos.
Tanto si quieres irte a una playa paradisiaca para recibir grandes dosis de vitamina D, como si estás buscando un destino en el que quemar las suelas de tu calzado, estarás saliendo de la vida monótona que llevas habitualmente.
Y, por supuesto, al volver, estarás con las pilas completamente cargadas, para dar lo mejor de ti mismo y seguir peleando hasta que te toque la siguiente escapada.
Viajar te hará apreciar lo que tienes
No decimos que no lo hagas ya, porque no queremos que pienses que te estamos llamando insensato, pero estamos seguros de que, vayas donde vayas, acabarás recibiendo una percepción de que muchas de las cosas que das por hechas, aunque insignificantes, tendrán aún más valor para ti.
Y con esto tampoco queremos decir que las de los demás sean mejores ni peores, sino que te harán reflexionar sobre todo lo buenas que son las tuyas.
Los motivos para viajar te dan unos efectos positivos a largo plazo
Si todos estos motivos para viajar te han gustado, aún queda lo mejor. Y es que, a diferencia de muchas otras cosas, los beneficios que te aporta viajar y recorrer el mundo no se desvanecen cuando vuelves a casa, sino todo lo contrario.
Estas cosas que vas metiendo en tu mochila (metafóricamente hablando en este caso) te van a acompañar en el resto de tu viaje vital y formarán parte de tu carácter de aquí en adelante.
Además, viajar es adictivo, pero se puede decir que es una de las pocas adicciones positivas a las que nos podemos enganchar.
Todo lo que vayas aprendiendo desde tu primer viaje irá contigo a los siguientes, haciéndote disfrutar aún más de cada una de tus nuevas aventuras.
Y para ti, ¿qué cosas buenas le ves a viajar? ¿Cuáles son esas cosas que te aporta coger la mochila y empezar a caminar?
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