Mi olor preferido en el mundo es el del café en Cuba.
Y es que en esta tierra nos despertamos con los ruidos de mamá preparando la cafetera en la cocina. Y qué decir del café del domingo después de almuerzo, cuando toda la familia espera esa “coladita”.
Para la visita que llega, y en especial aquí en Cuba, donde nunca avisan para ir a tu casa, siempre está lista la cafetera y la tacita de café para sentarnos a conversar. Porque, si algo siempre te ofrece un cubano bajo su techo es, sin dudas, una taza de café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario, pronto te responderé