miércoles, 17 de abril de 2019

Museo del #Ron de La #Habana


Serie Conociendo la Habana vieja

Quiero proponerte que descubras cómo es el Museo del Ron y te propongo realizar su completo circuito guiado, en La Habana Vieja, Cuba, muy cerca de Casa Castellón.

El Museo del Ron de la fundación Havana Club se encuentra localizado junto a la colonial Plaza de San Francisco de Asís, justo frente al puerto de La Habana.


No es preciso ser un bebedor para disfrutar de este fabuloso museo, ya que al visitarlo te permitirá meterte de lleno en parte de la cultura cubana. El museo cuenta con un interesante circuito guiado, donde se expone el complejo proceso de la fabricación del ron con máquinas antiguas. El circuito se encuentra disponible en español, inglés, francés, alemán e italiano y explica todo el proceso, desde la elaboración de los barriles de roble blanco, hasta su fermentación y añejamiento, pasando por una maqueta donde se reproduce al detalle una central azucarera.


El precio de la entrada incluye una degustación al final. El museo también alberga un bar y una tienda, pero los entendidos en el tema suelen darse cita en el Bar Dos Hermanos, ubicado justo al lado del museo. Ubicado en San Pedro nº 262, Plaza de San Francisco de Asís, La Habana, Cuba cuyo precio de la entrada es de 7 CUC con Guía incluido. Su horario de apertura, es de lunes a viernes de 9:00 a 17:00; sábados y domingos de 10:00 a 16:00.

Situado en el histórico barrio de La Habana vieja, el museo es instalado en un solar (casa colonial) reformado del siglo XVIII. En la planta baja los visitantes descubren un patio sombreado, con sus anchas columnas de piedra, y helechos, yucas y palmeras en macetas. Una campana señala el comienzo de la visita del museo, y se sigue al guía por unos escalones de piedra. La primera planta ofrece una vista sobre el taller del tonelero, donde se puede admirar toda la artesanía requerida para construir y preparar los barriles de roble dentro de los cuales los rones finos envejecerán. En la galería de arriba encontrarán los visitantes un auténtico molino de caña accionado por mulas, utilizado en los primeros ingenios (refinerías de azúcar). Un modelo a escala históricamente exacto de una locomotora de vapor nos recuerda que Cuba fue el primer país de América Latina en utilizar el ferrocarril para el transporte de caña de azúcar. La siguiente puerta lleva a un modelo mucho más grande, obra maestra de un artesano cubano. Captura la esencia de las grandes refinerías azucareras y las destilerías de ron, cuyas inmensas chimeneas son hitos que se elevan sobre el campo cubano.


La riqueza de los detalles aturde: vagones que transportan la caña desde los campos, el humo que sale de las chimeneas, los cortadores de caña que hablan en el pórtico…

Otra escalera lleva a las salas de fermentación y destilación, donde se ven barriles de fermentación de madera, columnas de destilación de cobre reluciente y tubos que transportan el aguardiente hacia varios tanques. En el calor lánguido de las bodegas de añejamiento los barriles de roble reposan en alcobas sombreadas, como si fuesen estatuas en una catedral. Es aquí donde los rones maduran pacientemente, aguardando la intervención del maestro ronero. La visita continúa por una escalera de caracol que lleva a la sala de degustación del museo, con su inmensa barra de madera que recuerda a los establecimientos que hicieron famosa a La Habana en los años treinta. En la tienda de Havana Club, se puede elegir entre los mejores rones de la marca. La tienda también ofrece una selección de artículos de bares Havana Club, puros cubanos y recuerdos.

Termine la visita con una cata de ron

Al terminar la visita la mejor opción es dirigirse al Havana Club Bar, al lado del museo. Allí los bármanes perpetúan la gran tradición de los cantineros cubanos, con su pericia en el arte de mezclar cócteles y cuidar a sus clientes. Se pueden pedir los clásicos, como el Mojito o el Daiquiri, o hacer una cata vertical, una muestra de varios rones Havana Club, de los más jóvenes a los más antiguos. Además, el bar Havana Club cuenta con un sabroso menú de platos internacionales y criollos.

Por otra parte, muchas personas vienen aquí solo por la música. Si hay suerte, tocará la señora vestida de blanco con una voz que no necesita amplificación alguna. La solista Antia Marquetti y su grupo hacen vibrar regularmente la casa con su tradicional repertorio de son cubano, trova y bolero.

Ya sabes, Si te decides a visitar La Habana, y darte una vuelta por el Museo del Ron, desde Casa Castellón te podemos brindar toda la ayuda necesaria de alojamiento, transporte, guía, reservas, ect. Solo tienes que pedirlo y recibirás todo el apoyo.

Fuentes: Museo del Ron y Visitar Cuba

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