Desde el mismísimo capitolio habanero hasta el malecón se extiende una de las arterias más hermosas de Cuba: el Paseo del Prado en La Habana. Suntuosa, elegante y testigo del paso de los años.
Una avenida con mucha historia
La avenida, tiene más de 200 años de historia. Se construyó en 1772 por orden del Marqués de la Torre, Gobernador y Capitán General de Cuba para la época.
Como el resto de las calles habaneras, la vía tuvo varios nombres. El primer calificativo con el que se le conoció fue Alameda de Extramuros o de Isabel II, por hallarse fuera de las grandes murallas que cercaban la ciudad.
También se conoció por Calle Ancha, desde la Calzada del Monte al Arsenal, por el ancho considerable que tenía este tramo.
Cuando cesó el dominio español en Cuba, la arteria pasó a llamarse Paseo de Martí, en honor a José Martí.
En esta avenida existen ocho estatuas con figuras de leones de bronce, que simulan la custodia del paseo. Estas fueron instaladas a finales de los 1920, como parte de la expansión de La Habana. El paisajista francés Jean Claude NicolasForestier y su equipo de colaboradores cubanos y franceses llevaron a cabo el proyecto. De esta época son también los bancos de piedra mármol.
Originalmente, el paseo constaba de dos sencillas hileras de árboles y recibió el nombre de Nuevo Prado.
A principios del siglo XIX, el paseo en carruaje era uno de los mayores atractivos de la alta sociedad habanera que se reunía en la alameda.
Con la intervención norteamericana en Cuba de 1902, el Paseo del Prado definió sus secciones: zona arbolada peatonal con calles laterales, zona vial con parqueo y en uno de sus extremos la Plazoleta de la Fuente de la India esculpida en Génova.
Ya en 1929, se dotó el espacio con bancos de piedra y mármol, se colocaron unas farolas artísticas, también se pusieron copas y anaqueles en abundancia y el paseo central se pavimentó con un piso de terrazo.
Actualmente, en los terrenos del Prado se sitúan construcciones de recreo, hoteles, cines, teatros e importantes mansiones de arquitectura ecléctica, con las más variadas formas en el diseño.
El Paseo del Prado comienza en el Malecón, junto al Castillo de la Punta y se prolonga por dos kilómetros, hasta llegar a la Fuente de la India. A lo largo de la Avenida se levantan imponentes edificios, como el Hotel Sevilla, el Centro Asturiano o el Teatro Fausto.
El Paseo del Prado cubano tiene cuatro secciones bien definidas: el Paseo, el Parque Central, la Explanada del Capitolio y el Parque de la Fuente de la India.
En la amplia acera arbolada la gente comparte juegos de mesa o se sienta a observar. Allí se instala una suerte de mercado de arte. Es una zona para relajarse que recuerda a las Ramblas de Barcelona
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